Las Personas Inmortales
Autor: Jie Kong
El hombre moderno no sólo es incapaz de prestar atención a los logros en el desarrollo de su naturaleza superior, sino ni siquiera a la posible profundidad de la conciencia, empantanado en la naturaleza cíclica infinita de la reencarnación y la muerte, mientras permanece en la ignorancia. Nacer en forma humana no significa ser un humano.
Por lo tanto, la discusión de la cuestión de obtener la inmortalidad concierne principalmente a aquellos que conocen la naturaleza humana. Uno puede liberarse de la vida cadavérica en el proceso de la vida para conocer el siguiente paso. Y en este caso no se trata tanto de la inmortalidad, como del cultivo del espíritu.
El tema de la inmortalidad no es de hoy, tampoco fue inventado por el interés de alguien. Todas las culturas antiguas construyeron su vida e interacción con el espacio sobre la base de la posibilidad de la existencia inmortal, tanto en el cuerpo como en el espíritu. Sin embargo, en el proceso de desarrollo evolutivo, causado tanto por razones objetivas (cambio en el ritmo y las frecuencias de la Tierra), como subjetivo (desarrollo desproporcionado de la conciencia humana, que no permite concentrar el esfuerzo), este problema se volvió más especulativo. Para aquellos que entienden la esencia de la cuestión y el determinado estado asociado con el fenómeno de la inmortalidad, es obvio que es extremadamente difícil explicar sin una preparación adecuada cómo lograr este estado. Es importante tener cierta experiencia en la que uno podría apoyarse y comparar lo explicado. Queda apoyarse en los hechos. Y hasta que podamos sentir una calidad diferente del cuerpo, esta pregunta seguirá siendo bastante indeterminable, pero al menos podemos construir un cierto modelo mental que ya contribuirá al avance en el tema.
La inmortalidad no es una meta, es simplemente un conjunto de capacidades que uno puede conocer. La habilidad de conocer el alma de la persona, su código, matriz, geometría. Hasta que no comprendamos físicamente la esencia del alma, será difícil para nosotros percibir la naturaleza de la inmortalidad. Hablando de la inmortalidad, estoy hablando de la creación de la Geometría Perfecta, donde la energía superior es capaz de transformarse y de crecer. Recuerda la historia del tamil Siddha Boganathar, que había permanecido en el estado de meditación profunda durante 3.000 años, en el estado de Sarubba Samadhi antes de alcanzar la liberación final. Los físicos estudian las estructuras moleculares, rompen los átomos en pequeñas partículas, pero cada vez encuentran unos aún más pequeños, llegando al infinito. Resulta que nosotros y todo lo que nos rodea también somos infinitos.
Por supuesto, no creo que el tema de la inmortalidad sea actual hoy, pero es una forma de atraer la atención de una persona hacia sí misma. En cuanto a las evidencias necesarias, pues comprobarlo es bastante simple, pero hay una condición en la forma de cierto esfuerzo de la mente de aquellas personas a las que les gustaría convencerse de esto. Nuestro espacio es un gran modelo geométrico, que como juego constructor se conecta a otro modelo geométrico. Cada modelo se divide en subespacios y se parte hasta nuestro nivel humano. Cada modelo tiene su propia energía y frecuencia, que predetermina las tareas de aquellos que entienden más y mejor que muchos.
El hombre no es solo un cuerpo físico, es una ser complejo poseedor de estructura de niveles múltiples. Y hasta que no hayamos alcanzado la integridad interior, no solo no podemos conocer la inmortalidad, sino incluso las sensaciones más profundas. Somos fragmentados, dado que no tenemos conexiones internas (están rotas o tenemos deficiencias de nacimiento), dependemos constantemente del comportamiento de cierto grupo en nuestro cuerpo. Por lo tanto, cuando nos dedicamos el desarrollo, la tarea más importante no es de desarrollar cierto sistema volviéndonos aún más dependientes del mismo, sino normalizar al máximo nuestro cuerpo y mente para que la energía circule por todas partes y no alimente solo algunas partes separadas.
Hay un elemento en nuestra estructura que inicialmente tiene inherente la existencia inmortal: es el alma inmortal. Es una especia de cristal que corresponde con nuestra geometría inmortal. Si no desarrollamos la geometría, el cristal empieza a destruirse. El hombre es una subespecie geométrica que puede generar energía no solo por su presencia, sino también por la creación de condiciones adicionales. Este sistema no se puede describir en el idioma de un solo sistema.
En este caso es importante darse cuenta de que la negativa a entender uno lleva a la negativa a entender al otro. El motivo debe ser la comprensión de que somos rústicos e ignorantes en relación con nuestro desarrollo y si queremos entendernos como personalidades, entonces debemos aprender a plantearnos cualquier pregunta. Y debido a que la muerte y la inmortalidad son cierta infinidad, entonces debemos determinarnos también respecto a la misma. Aquí no tenemos que esforzarnos por llegar a algún lado, sino restablecer el orden en nosotros mismos. Aclararnos temas como la disciplina, la comida, la actitud hacia la vida. Ser capaz de conocerte como personalidad para comprender el esfuerzo en el que puedes apoyarte.
La personalidad es el Eje del hombre. El espíritu del hombre es la Proporción. El Enfoque es la habilidad de la persona. Sin la personalidad, no podemos controlar la superconciencia, lo que significa que no podemos lograr un modelo comprensible. La personalidad puede convertirse en geometría únicamente cuando conozca la transformación de esta geometría. De lo contrario, incluso si la geometría llega a ser una geometría más avanzada, la personalidad irá en segundo plano. A menudo esto sucede con los Iluminados, aquellos que no conocieron el control sobre la superconciencia.
Es importante llegar al Punto de No Retorno. Para hacer esto, por ejemplo, es necesario cambiar el trabajo de todos los sistemas del cuerpo y vincularlos, cambiar el trabajo de la conciencia, hacer que el cuerpo viva en una frecuencia de energía diferente. El sentido de la vida no está en su terminación, sino en su comienzo. La vida aquí no es un segmento, sino parte de una espiral. El sentido de comprender la inmortalidad es entender el proceso cualitativo de transformación. Ya sea el Cuerpo de arco iris, una forma de inmortalidad en Dzogchen, budismo, disolución en una luz de arco iris o inmersión en un estado imperecedero o reemplazo de su cuerpo con el crecimiento del embrión inmortal, o tal vez una transformación completa o parcial del cuerpo físico.
En el transcurso de la historia de muchos siglos, se pueden contar muchos casos de la realización de la inmortalidad, muchos de los cuales están documentados. Algo más, hay ejemplos de regresos periódicos. Un ejemplo peculiar para el mundo occidental es el conde de Saint Germain, quien, como otros alquimistas medievales, tomó el Elixir de la Inmortalidad.