Prahlad Jani
Prahlad Jani (Sri Mataji Prahlad Jani), nacido el 13 de agosto de 1929, es un ermitaño santo y un verdadero dolor de cabeza para los estudiosos modernos. Podemos decir que su propia existencia postula dos ideas principales:
- el hombre no elige el poder, pero éstе elige quién será su conductor;
- el principal problema de la mayor parte del mundo científico es la posición derivada del principio “¡Esto no puede ser, porque esto no puede ser!”.
Para algunos, Prahlad Jani es un estafador y mentiroso hábil, afirmando que durante casi 80 años vivió sin comida ni agua, para otros es un yogui, un hombre santo y un intermediario viviente de la diosa Amba Mata, o Durga, una de las diosas más veneradas del hinduismo. Según las palabras de Prahlad Jani, a la edad de siete años quedó huérfano y desde entonces su supervivencia dependía únicamente de él mismo. El niño pasó mucho tiempo en la selva y a las doce se le apareció la diosa Amba Mata, quien decidió mostrar compasión por el niño. Según una versión, le hizo un agujero en el paladar con el dedo para que pudiera alimentarse directamente de la energía celestial, según otra, simplemente le tocó la lengua con un dedo y desde entonces Prahlad Jani pudo saborear y saciarse de sutiles esencias no materiales. De todos modos, es obvio que se produjo un efecto único en las glándulas salivales y en todo el sistema endocrino del niño en su conjunto. Jani mismo cree que la Diosa lo alimenta con comida líquida o el agua que entra a su boca a través de un agujero en el paladar.
El roce de la diosa activó un nuevo programa de vida en el ADN de Prahlad Jani, desde entonces se alimenta sólo de Prana o energía universal que llena todo el espacio. El rojo se convertirá en el color de su ropa durante décadas, se instalará en una cueva cerca del templo de Amba Mata y dedicará todo su tiempo a servir a la gran Diosa. Uno de los componentes de su nombre (Mataji) se traduce exactamente como “la manifestación de la Gran Madre”. Las oraciones, las prácticas físicas y espirituales se convertirán en su alimento principal durante muchos años. Todas las mañanas se levanta a las 4 en punto y pasa la mayor parte del día meditando.
Con el tiempo, Prahlad Jani se convirtió en un santo para los lugareños y cientos de peregrinos llegaron a su cueva. Desde luego, la fama de una persona tan inusual se extendió rápidamente por todo el mundo, interesando especialmente a los representantes de la ciencia que, debido a la naturaleza de sus actividades, deben ser críticos y seguir un paradigma científico estricto. Los científicos sometieron dos veces el cuerpo de Prahlad Jani a un examen y observación exhaustivos (en 2003 y 2010). La primera vez el experimento duró diez días, la segunda, quince. En ambas ocasiones, el yogui estuvo bajo la supervisión de especialistas durante todo el día (en 2010 había 35 de ellos), mientras que todo el proceso se filmó en cámara. Se realizaron exámenes de ultrasonido, resonancia magnética y rayos X, y se utilizaron muchos otros dispositivos, incluso los tomógrafos. Al mismo tiempo, se realizaron estudios clínicos, bioquímicos y radiológicos de su cuerpo.
La conclusión de ambos experimentos fue el reconocimiento de que durante todo el período de observación, Prahlad Jani no comió, no bebió y no satisfizo sus necesidades naturales. Se bañaba, tomaba abluciones y siempre pasaba un tiempo al aire libre todos los días, comiendo la luz del sol y la energía de la naturaleza. Al mismo tiempo, el hombre era vigoroso, enérgico, amigable y mostró buenas habilidades mentales. Todos los sistemas de su cuerpo funcionaban normalmente. No solo eso, el yogui también afirmó que nunca se había enfermado de algo en su vida.
La interpretación científica del fenómeno del yogui ha sido respaldada por algunos de los resultados de estos estudios: resultó que en su sangre hay un nivel muy alto de leptina y un nivel extremadamente bajo de grelina y neuropéptido Y. Como se sabe, estas hormonas trabajan en combinación y están responsables de la sensación respectivamente de la saciedad y el hambre. Pero en general, los científicos no podían entender y explicar lógicamente los procesos que se producen en el cuerpo de Prahlad Jani. Para ellos, había preguntas sin respuesta sobre cómo el cuerpo del yogui se libera de los productos de descomposición, cómo funciona el sistema de su metabolismo, de dónde toma energía para la nutrición y cómo restaura el nivel de agua en el cuerpo.
Cita de los resultados de la observación: Lo más sorprendente es que sus riñones excretan orina en pequeñas cantidades, pero él no siente la necesidad, simplemente se disuelve en alguna parte. Una persona común en tales condiciones morirá por intoxicación en unos pocos días.
Algunos escépticos llaman a Prahlad Jani y su estilo de vida una de las mistificaciones más exitosas del siglo XXI. Probablemente desesperados por explicar las habilidades del anciano, afirman que no se encontraron agujeros en el paladar del yogui, que podía beber agua sigilosamente mientras se bañaba o comer un par de hojas cuando salía a la naturaleza y que en general la gente es un criatura viva con respiración aeróbica que recibe energía de la oxidación del carbono y necesariamente debe recibir vitaminas y minerales con los alimentos… y que en este caso la existencia de Prahlad Jani es contraria a la propia ley de la existencia humana…
La respuesta a la pregunta de si Prahlad Jani necesita saber la verdad sobre si tiene derecho a existir en este estilo de vida o no, es obvia. Rompemos lanzas y discutimos al respecto, mientras que el gran yogui continúa su práctica y servicio a la diosa Durga, encarnando la ley de la fusión de la energía humana con la del universo. Y, probablemente, no es casualidad que en 2010 los cineastas austriacos llamaran su película sobre él “En el principio era la Luz…”.

