Ge Hong: El sabio quien trae la sencillez primordial

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Si hablamos en sentido figurado de lo Grande, lo podemos comparar a cómo el soberano pone en orden su estado, utilizando los recursos lingüísticos, militares, los rituales y las leyes. Y entre estos métodos de gestión no hay ni uno solo que sea ineficaz.

Si hablamos en sentido figurado de lo Pequeño, lo podemos comparar con un trabajador que fabrica ruedas. Aros, llantas, ejes, chaveta: ninguna de estas cosas debería faltar.

Baopu Zi, Ge Hong

A lo largo de la historia de la humanidad ha habido muchos personajes famosos con habilidades brillantes y únicas. Incluso se le puede llamar una especie de “especialización” vocacional, cuando hablamos de un gran guerrero, médico, poeta, filósofo, maestro… Pero, ¿puede ser una persona tan armoniosa que podría mostrar altos logros en los más diversos ámbitos de la vida, siendo universalmente hábil en cada uno de ellos? Después de todo, hoy somos muy conscientes de que diferentes tipos de actividades requieren diferente velocidad de pensamiento, rasgos de carácter, cierto tipo de temperamento, conocimiento acumulado, capacidad de comunicación, etc.

Es interesante que fue en China donde se desarrolló en detalle el concepto del Ser Humano Perfecto, que equivale a la esencia de la categoría filosófica del “Camino Medio”, adoptada al nivel más alto de la mentalidad del país. No es casualidad que el antiguo nombre de China fue Zhongguo (Estado del Medio) (también se conocen los nombres Zhonghua (País floreciente del medio) y Zhong-yuan (Llanura Media)). El estatismo del país se construía inicialmente a base de leyes filosóficas y cosmogónicas, que durante milenios fueron apoyadas activamente por las normas socioculturales de la sociedad.

Gracias a este sistema, en China había un esfuerzo constante para crear una persona perfectamente sabia, y tal estado se consideraba no como una bendición divina, sino como algo criado y desarrollado por la persona misma en el proceso de sus emprendidos esfuerzos. La idea principal de la cultura china es la realización de la armonía del Tao o el Tao-te. El Tao es una categoría esencial y existe en todas partes. El Te es la espiritualidad interior, una virtud que posee la gente. El Tao existe en cada objeto, pero solo una persona puede expresar la virtud a través de ellos. Por ello, la persona es el núcleo de todo el sistema como un eslabón transformador y al mismo tiempo como el centro de todas las transformaciones.

Gracias a este sistema tan complejo y multifásico de percepción del mundo y de uno mismo en él, incluso un chino común y corriente vivía en las leyes de la superación personal (o al menos de la no destrucción) toda su vida, sin mencionar a aquellos que consciente y deliberadamente se dedicaron al Camino del desarrollo. Estos últimos se convertían en autoridades, pilares de la sociedad, se pedía activamente su participación en la administración del estado, sus tratados y enseñanzas se consideraban cánones enciclopédicos durante siglos.

La tradición de los Ocho Inmortales es una categoría histórica y cultural única que encarna para los chinos la unión simultánea de lo íntegro y lo múltiple: todos los Inmortales demuestran la capacidad de realización personal más alta y, al mismo tiempo, cada uno de ellos se distingue por su particular individualidad y el método de perfeccionamiento elegido. En estas imágenes-símbolos se han mezclado las características de las personas de la vida real y las cualidades que les atribuyeron el tiempo y la gente.

Uno de los Inmortales más respetados de este grupo es Ge Hong (葛洪), quien dentro de la tradición encarna el estado del Te, del Punto Medio, de la armonía y la universalidad. Ge Hong vivió durante la dinastía Jin (283-343 d.C.). El hecho de que nació y pasó toda su vida entre practicantes puede reconocerse como una situación única: su familia estaba asociada con el taoísmo del sur de China, su tío abuelo era el famoso taoísta e inmortal Ge Xuan. Cuando Ge Hong se casó con la hija de un funcionario adinerado, Bao Shi, quien era un profundo conocedor de la Alquimia y la Magia Taoísta, se involucró en una rama más del ocultismo del sur de China. Se sabe que su esposa se convirtió en una experta curandera, e incluso cuando él falleció, sus descendientes continuaron su línea de conocimiento y practicaban activamente.

Ge Hong era el tercer hijo de una familia antigua pero empobrecida. A la edad de trece años perdió a sus padres y desde entonces tuvo que depender solo de sí mismo. Cuando era niño, se esmeraba mucho en el estudio del taoísmo y el confucianismo bajo la tutoría de su maestro Zheng Yin (Zheng Si-yuan). A la edad de 20-21 años, cumplió el servicio militar, donde, al reprimir una rebelión, se demostró como un oficial valiente y astuto, y como recompensa recibió un título aristocrático.

La vida posterior de Ge Hong era combinación única de diferentes aspectos que a menudo provocan contradicciones internas en los practicantes. Sirvió en la administración pública y al mismo tiempo viajó a menudo a los centros taoístas en busca de conocimientos y maestros. Era muy modesto y reservado, pero al mismo tiempo se le pedía constantemente que evaluara candidatos potenciales para diversos cargos públicos. Como resultado de su servicio, hizo una excelente carrera como canciller en la Corte Imperial. Se ocupaba de prácticas alquímicas serias y al mismo tiempo tuvo familia e hijos.

Ge Hong tuvo muchas responsabilidades en la sociedad, pero fue capaz de acumular conocimientos verdaderamente enciclopédicos en los más diversos campos y practicar con gran constancia y seriedad. Dejó trabajos únicos y detallados sobre la alquimia tanto externa como interna.

Sorprendentemente, el valor de este maestro para el espacio era tan grande que cuando se fue al sur de China para recolectar Cinabrio con el fin de profundizarse en su trabajo alquímico, el gobernador de Guangzhou, Deng Yue, quien apreciaba mucho a Ge Hong como erudito y sabio, envió una delegación entera para pedirle que volviese. Ge Hong se instaló en la montaña Lofushan, donde organizó una comunidad taoísta, reunió discípulos y continuó realizando serios experimentos alquímicos.

Como resultado de su trabajo tan activo, Ge Hong pasó a la historia como el mayor representante del taoísmo chino, erudito, mago, alquimista, astrólogo, médico, farmacólogo, escritor, recibiendo el título de Baopuchzhishi o el Sabio quien trae la sencillez primordial.

Ge Hong dejó muchas obras, aunque no todas han sobrevivido hasta nuestros días. Entre ellas figuran: “Zhou Hou Bei Ji Fang” (Recetas para casos urgentes al alcance de la mano), “Shenxian-Zhuan” (Biografías de Inmortales Taoístas), una colección de historias “Xi Jing Za Ji” (Notas de la capital occidental) y una de las fuentes escritas más autorizadas: el tratado “Baopu Zi”, una obra enciclopédica sobre el taoísmo, sobre los fundamentos de la alquimia externa e interna y el logro de la Inmortalidad.

El mismo Ge Hong alcanzó el fenómeno de la inmortalidad al final de su vida. Antes de irse, llamó a Deng Yue, pero éste se retrasó y llegó cuando el maestro ya estaba muerto. El gobernador constató que, a pesar del tiempo transcurrido, el cuerpo del taoísta era todavía flexible, sin signos de rigor mortis. Durante el funeral, los discípulos quedaron sorprendidos por lo ligero que era el ataúd de su maestro. Cuando lo abrieron, descubrieron que el cuerpo no estaba allí. Ge Hong se convirtió en Shijixian (liberado del cadáver), o una persona que obtuvo la inmortalidad a través de la muerte y la resurrección y entró para siempre en el panteón de los inmortales.

 

En cuanto a las artes mágicas, por dentro contribuyen al perfeccionamiento del cuerpo y el espíritu, prolongan la vida y destruyen enfermedades, y por fuera erradican desgracias y penas, y protegen a la gente de adversidades y maldades…

Después de todo, si los que practican el cultivo de la vida quieren escuchar mucho y manifestar lo más importante, ver mucho y elegir lo mejor de lo visto, no les bastará un método único de enseñanza unilateral para confiar en él.

Después de todo, los estudiantes que se preocupan por las cosas correctas a menudo se basan en un solo método, considerándolo el más importante: aquellos que conocen el arte de la Doncella Sagrada y la Doncella Pura dicen que solo el Arte de la Alcoba puede llevar más allá de lo mundano; quienes entienden el Camino de la inhalación y la exhalación dicen que solo la regulación del Pneuma puede prolongar la vida, quienes conocen los métodos de flexión y estiramiento afirman que solo los ejercicios gimnásticos pueden prevenir el envejecimiento, quienes saben preparar plantas dicen que solo parches medicinales de ellas pueden garantizar una vida infinita.

Si los estudiantes del Camino del Tao no consiguen éxito, es solo por ese sesgo unilateral.

Las personas que solo ven cosas pequeñas piensan que, dado que ya han aprendido una cosa, no hay nada más de qué hablar. Ellos no entienden esa verdad que, aunque lograron un buen método, hay que continuar la búsqueda sin cesar. 

Baopu Zi, Ge Hong

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