Wiracocha

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Autor: Ben Chelero

Apu-Qun-Tiqsi-Wiraqucha, o simplemente Wiracocha, es un concepto racional e irracional en la cultura andina. En forma personificada, Wiracocha fue venerado por los pueblos de la América precolombina como el creador del mundo (especialmente en el territorio del Perú actual).

Wiracocha es determinado modo de sintonización con la luz y al mismo tiempo representa la luz misma. Se considera como el proceso supremo de la creación y como una forma perfecta que incluye la naturaleza del ser humano perfecto. Wiracocha también representa el proceso de la creación de una sustancia de la luz solar que, según la leyenda, se guarda en la Isla del Sol en el lago Titicaca. Esta sustancia dota a la conciencia de una visión especial.

Entre los incas, Wiracocha representó una magnificencia especial del proceso de cognición de la naturaleza irracional del ser. Para ellos era a la vez una sustancia todogeneradora y una conciencia abstracta, que también se percibía como el espacio sagrado de la Huaca.

Виракоча

Wiracocha también se asoció con el concepto del ser humano perfecto. Si consideramos la época de culturas indígenas tan antiguas como Caral, Chavín y Wari, y también lo que nos interesa más, en la época de los Incas, veremos que varios miles años antes de Cristo, en el territorio del Perú moderno se formó cierta cultura de transición. Se encontraba en el umbral de una conexión entre dos formas de vida animadas diferentes, y el proceso de materialización aún no iba desde las personas hacia esta forma, sino de ella hacia las personas. Para la existencia en la Tierra se requería una forma más densa y el proceso de creación de esta forma, o algo creado primero, se llamó Wiracocha. Este proceso se puede caracterizar como “implantación de conciencia”.

Siendo esta la cultura más antigua de toda América, por delante de la civilización olmeca en Mesoamérica por 1500 años, podemos hablar del estatus especial de los Andes en el espacio de la Tierra. Fue en los Andes, al parecer, donde se produjo el entrecruzamiento de las primeras formas materiales de vida en base de la alta vibración que se asocia con la luz solar (y, aparentemente, diferente a la que percibimos ahora).

Conseguir esta verdadera luz, y no sólo honrar el culto al sol, fue la principal tarea de los Incas. El proceso de materialización de la luz representaba la conciencia superior según el principio de los antiguos egipcios, quienes definían a Atum como el proceso de cristalización y la esencia de la luz solar de Ra. Lo mismo observamos entre los indígenas de Chavín (que relacionaron la conciencia superior con monolitos), y más tarde entre los olmecas. Bueno, la cultura Wari ya demuestra los procesos del llenado y el cultivo de esta conciencia. Así tenemos una cadena de generación que procede de la conciencia superior, donde el plano físico material es sólo una consecuencia.

Виракоча

Entonces Wiracocha es una especie de semilla que no sólo hay que nutrirla, sino también conocerla, verla. Y, de hecho, la misma cultura Chavín está asociada al concepto del punto medio, aquello que es la condición para la sublimación y la maduración. En realidad, la cultura Chavín de Huántar apunta a un proceso especial de interacción con el espacio. Y, por cierto, la aparición en este lugar de la imagen de piscoruna-pumapasim (hombre-ave con boca atigrada, lengua quechua) no hace más que confirmar la teoría de que algo viene de arriba.

Fue aquí donde surgió la base para la veneración del jaguar. Esto fue precedido por la creación de toda una red de generación acústica, sintonizada con la ayuda del agua a una determinada vibración, correspondiente al rugido del jaguar, que es símbolo de regeneración en la cultura andina. Y la principal fuente de nutrición energética, a juzgar por los petroglifos, era la guía entre los mundos del cactus San Pedro (Wachuma), que crece en estos lugares.

Según la cosmogonía andina, el proceso de manifestación de la luz fue largo y la formación del hombre llevó mucho tiempo. Aunque, por supuesto, inicialmente no se trataba de la creación de una persona — estos fueron intentos de poner conciencia en varias formas, en entidades e incluso en piedra.

Bueno, la primera persona como nosotros fue el mismo Wiracocha, descrito en la leyenda como “un hombre de mediana estatura, blanco y vestido con una túnica blanca, que llevaba un bastón y un libro en las manos”. Según la leyenda, poseía luz, que lo conectaba con su hijo Inti (luz del Sol) y dos hijas, Mama Killa (luz de la luna) y Pachamama (espacio, tiempo).

Según la leyenda, fue a través del poder de la luz (conciencia superior) que se crearon las primeras personas. El mismo proceso de creación fue llamado Unu Pachakutiq. La leyenda de los Incas describe que así fue creado Manco Cápac — el primer Inca, el fundador de la civilización Inca, interesante con su dorado (brillante) bastón tapac-yauri, con el que agitaba el espacio (algo así como una varita de fertilidad). Este bastón es un símbolo del conocimiento del proceso, que expresa Wiracocha.

Teniendo en cuenta que Wiracocha como proceso significa batir la espuma del mar, u obtener una sustancia ligera, este proceso tiene algo en común con el batido del Océano de Leche para obtener Amrita en la antigua mitología hindú. Entonces podemos decir que Manco Cápac es también el proceso de obtención del primer Inca. Históricamente, se cree que Wiracocha (como, de hecho, Manco Cápac) es tanto un estado como un proceso. Es la luz eterna y el creador de todas las cosas.

Виракоча

Es importante considerar que el nombre correcto y completo de Wiracocha es Apu-Qun-Tiqsi-Wiraqucha, donde Apu-Qun es la conciencia superior, Tiqsi es la luz eterna y Wiracocha es el creador. Para entender su naturaleza, uno debe saber penetrar la runa de Uari Uircocha. La penetración en el conocimiento se entiende como Cusco, por el nombre de la capital de los Incas. Y para ello es importante dominar la visión de Wiracocha.

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