Alquimia Africana

Autor: Ben Chelero

La Alquimia Africana es una dirección en el Arte alquímico que con seguridad podemos decir que es superior en términos de posibilidades de operar con la energía, el cuerpo y la mente. Está representada por el continente africano o mejor dicho, por la mentalidad africana y es la ciencia más compleja para personas que tienen mentalidad diferente (digamos, la europea).

Esta dirección de la Alquimia se caracteriza por el proceso tecnológico más complejo de transformación de la energía que está relacionado con partes peculiares del cerebro. Estas partes del cerebro no solo deben activarse, sino además deben estar en las leyes de la operación con la energía Axé, que es una fuerza eficaz agrupada en nuestro espacio. Axé representa la sangre del espacio, se conecta con varias fuerzas (Orishas) y permite sacar de la esclavitud al espíritu del hombre.

La Alquimia Africana dota a la persona de habilidades especiales, pero antes que nada la reúne con su espíritu. Es el arte de la presencia, es la alta calidad del principio vital que alimenta la conexión de lo temporal con lo intemporal.

La Alquimia Africana es la manifestación de la energía oculta del superior nivel de la existencia humana y forma dentro de nosotros un lugar donde Axé encuentra su hogar, organizando nuestra vida sobre los principios espirituales. Para el hombre, la designación más alta es la capacidad de mantenerse en contacto con Axé — sólo entonces puede ser un recipiente sagrado unido al poder divino.

La Alquimia Africana se basa en dos funciones principales: el sacrificio y la ofrenda. Lo físico está sujeto al principio espiritual y este es el sacrificio que se logra a través del proceso de transformación, que es el regalo. Si queremos alcanzar el estado de estadía misteriosa, es importante aprender a influir en nuestra voluntad, debemos aprender a desarrollar nuestro cuerpo y saber abstenernos.

La Alquimia Africana es el arte de permanecer en una fase continua de creación, cuando todo en nuestras manos se convierte en un objeto sagrado para nosotros. Y en este caso aparecerá nuestro nombre, lo que significa que tendrá el poder de comunicarse con el espacio y salir de las leyes de la terminación. Sólo al mostrar tu nombre puedes entender tu corazón; sólo al entender tu corazón puedes entender tu conciencia. La conciencia es nuestro verdadero cuerpo, cambia según la ubicación de nuestras conexiones internas y se llena según nuestras funciones.

La Alquimia Africana tiene muchos nombres que provienen del Arte del movimiento en el ritmo de la conversión y el fortalecimiento, entregando la fuerza de liberarse de la esclavitud interna. La Alquimia Africana es el camino hacia la libertad interior. Vivimos entre diferentes fuerzas, visibles e invisibles para nosotros, manifestadas y no manifestadas. Necesitamos habilidades para escapar de las dependencias externas, necesitamos fuerza, de lo contrario nos enfrentaremos a la esclavitud y el avasallamiento. La naturaleza del hombre necesita la transformación y entonces no habrá límite en el desarrollo.

La Alquimia Africana te enseña a escuchar constantemente tu espíritu, respetarlo y honrarlo. Al nacer, nos encontramos en condiciones misteriosas para nuestra mente, pero naturales para nuestro cuerpo. Luego comienza el movimiento o hacia la vida o hacia la muerte. La Alquimia Africana es importante para nosotros con el fin de salir de la ignorancia de este juego, de salir de la oscuridad de nuestra existencia, de cambiar nuestra idea de la existencia misma. Sin este cambio, enfrentaremos la competencia entre la ignorancia y la limitación, la ira y la envidia, la mentira y la hipocresía, la agresión y la intolerancia.

Sin conocer la Alquimia Africana nos enredaremos en nuestros movimientos, nos confundiremos en nuestros pensamientos, nos perderemos en nuestras propias palabras. Simplemente seremos un pedazo de carne que nosotros mismos cocinamos, pero no por nuestras mentes, sino por nuestra hambre, friéndonos con acciones, emociones, manifestaciones de baja calidad, que se parecen, más bien, no a la naturaleza del hombre, sino a la naturaleza de una criatura que no se permite creer en sí misma y la que se subordina a la vida temporal. Por lo tanto, es importante para una persona no solo ver al negro en sí, sino también preservarlo y sólo en este caso podremos ser los creadores de nuestras acciones. Para un negro todo es acción, todo es Axé.

¿Por qué es importante la Alquimia Africana para nosotros? Porque es la mentalidad suprema que marca el ritmo de todo. Es lo original según el principio del cual se desarrollan todos los seres vivos: la tierra, el ser humano y el macrocosmos. El continente africano engendró no tanto al hombre como el movimiento de su desarrollo, siendo el lugar de transformación de los mismos africanos y de hecho, de todas las demás nacionalidades.

La manifestación divina en este continente es algo especial, ya que el dios supremo es el ritmo. El Ritmo, de hecho, es el otro nombre de la Alquimia Africana. Al menos es la lengua verdadera de la Alquimia Africana. Por esa razón hay tantas formas de representación de los dioses, máscaras, que no son conceptos figurativos, sino funciones de la representación de Axé, el pulso de la vida. Estas formas crean todas las artes, acciones destinadas a la expresión de la vitalidad y la mostración de la ilimitación de lo uno y la estrechez de lo otro.