El Espíritu del hombre
El espíritu humano es un concepto que surgió con la comprensión de la naturaleza del hombre, de su acción con respecto a su alma. Esta idea apareció como tal durante los tiempos del Egipto Antiguo, mejor dicho, durante el período del Imperio Nuevo cuando se notó el cambio en las percepciones de vida, expresado en los textos egipcios. En esta época se planteó la cuestión de qué es aquello que se podía generar o trabajar con relación a la naturaleza del ser humano. La base de eso fueron los cambios espaciales que influyeron en la naturaleza del movimiento del alma que fue un concepto principal que determinaba la vida en la antigüedad. Sin embargo, la idea sobre el viaje del alma, su capacidad de moverse de una a otra esfera del ser, comenzaron a sufrir cambios durante el Imperio Nuevo (siglos XVI – XI a. C.)
Según la cosmogonía del Antiguo Egipto la existencia original del hombre es su alma Ka. Antes de esto no se hablaba de ninguna otra alma de la persona o su espíritu. En principio, cada uno aceptaba el Nomo del Cielo (esfera espacial) que representaba y adonde debía regresar, y de acuerdo con este principio, se le asignaba el correspondiente Nomo de la Tierra.
Inicialmente el concepto de la muerte como tal no existía, incluso con la pérdida del cuerpo físico. Éste comenzó a aparecer en las condiciones cuando el alma del hombre comenzó a perder fuerza o éste nació sin fuerza. Esto le privó del “viaje”, es decir, empezó a adquirir la muerte. Y dado que la tarea de pasar al más allá era la principal para quienes vivían en el Reino Antiguo, comenzó a formarse un nuevo concepto del alma y el espíritu, que antes se percibían como una estructura única.
Y aquí surge una pregunta razonable: ¿por qué la gente venimos aquí, si la solución al problema de irse de aquí está en entender la física de la llegada del alma a nuestro planeta? El caso es que para aparecer en el planeta Tierra se requería un esfuerzo que incrementaba las características de frecuencia del alma y la llevaba a los parámetros del siguiente Nomo. Es decir, venir aquí fue una especie de acto de laboratorio para cultivar el alma.
Digamos que el alma de una persona corresponde al Séptimo Nomo. El momento de entrar al cuerpo es una tensión natural para el alma, que la lleva a la transformación y a la salida al nivel del Octavo Nomo. Es decir, la Tierra es un laboratorio para aumentar la calificación del alma. Al menos, así era el proceso hace miles de años atrás, y hasta cierto grado se conserva ahora. En alguna etapa del desarrollo macrocósmico el proceso del paso del alma comenzó a ocurrir con dificultades y la vida misma en la Tierra comenzó, más bien, a influir en la destrucción del alma que incluso a mantener sus características. Así surgió el concepto del alma Ba que se convirtió en la idea básica del concepto de espíritu, que suponía la posibilidad de su manifestación y fortalecimiento durante la vida.
Cabe decir que este proceso también se correlaciona con un cambio en el plano mental de la existencia humana que ha pasado de un estado semiconductor a un estado conductor y se ha vuelto dependiente del esfuerzo de la conciencia no solo para recibir, sino también para llamar conexiones. Es decir, el espíritu se convirtió en la fuente del desarrollo de una mente diferente.
El desarrollo del concepto del espíritu o alma de Ba, lleva sus raíces desde la época del Reino Nuevo. Durante este período se produjo el desarrollo de los aspectos externos de la civilización, aparecieron las ciencias. La primera ciencia estuvo dedicada al estudio de las formas de cambiar y transformar el alma. Se generaron las condiciones no solo para preservar, sino también para mejorar el concepto de transmigración del alma. Vale la pena recordar que ese fue generalmente el principio básico de la existencia de culturas antiguas, y gracias a este proceso los habitantes de la Tierra se convirtieron en creadores, quienes recibieron el estatus de ser humano. Hasta ese momento, la persona no tenía ese estado y generalmente el cuerpo se consideraba sólo como el caparazón de su alma.
Desde la época del Reino Nuevo se ha manifestado el concepto de los tres caminos de vida para el alma humana:
- Conservación y liberación de Ka fuerte, como era antes
- Fortalecimiento de Ka debido a la formación del alma de Ba
- Reemplazo de Ba por Ka, si inicialmente el alma está débil o destruida
Al mismo tiempo, apareció el concepto de la dualidad que antes no existía. La capacidad y la incapacidad se han vuelto iguales en las leyes de la vida.
La existencia de tal sistema de desarrollo del alma continúa hasta el día de hoy. Este proceso no tiene límites claros y sigue dos caminos como se describió en el “Libro de los dos caminos”. Parte del cambio fue que las capacidades del alma se redujeron aún más (a pesar del fortalecimiento de la naturaleza del espíritu) debido a la pérdida del arte de prepararse para la llegada o generación del alma.
Sea como fuere, se indicó la fuerza necesaria para fortalecer y transformar el alma Ka, la cual se considera desde el punto de vista no solo de las características del hombre, sino de aquello que lo rodea. De acuerdo con las creencias de la gente en la antigüedad, todos los objetos, vestimentas, templos, amuletos, alimentos, etc., también deben considerarse desde el punto de vista del contenido o formación del alma Ka que llevan dentro (que forma el concepto de la Alquimia Externa y el desarrollo de la investigación y, al final, la ciencia). De esa manera, el espacio del espíritu humano se convirtió en el progenitor del conocimiento moderno.
Con el tiempo, el proceso de formación del hombre poseedor de un espíritu fuerte se convirtió en parte del concepto de la formación del alma. Aumentó la importancia del factor de las condiciones postnatales, las cuales fueron diseñadas para ayudar al espíritu en los siguientes procesos:
- Volverse más fuerte que el alma inherente
- Existir paralelamente con el alma
- Alcanzar el estado de fusión del espíritu y alma
En la actualidad, al hombre le resulta difícil entender la diferencia entre espíritu y alma y especialmente en la aceptación y la concientización no tanto de su espíritu como del alma. Esto se debe al hecho de que el grado de autoconciencia es inferior al nivel necesario para conocer las propiedades del alma. Diferentes conceptos sirven para la tarea de comprender el alma (como, de hecho, el espíritu), y si aceptamos la importancia de este tema, entonces es principal entender qué estamos haciendo con éste y adónde podemos llegar. Si no hacemos nada con nuestra alma, entonces no nos vendría mal al menos informarnos de que esto puede conducir a su muerte, ya que según la naturaleza del nacimiento hoy, no se toma en cuenta el tema de la formación de nuestra alma.
Lo más complicado aquí, por supuesto, es que para muchos esta cuestión significa interactuar con lo incomprensible. Pero al no empezar a interactuar con nuestro espíritu, no podremos llegar a la comprensible. Por ejemplo, el Espíritu Santo también es incomprensible para nosotros, pero aceptable por muchos. No obstante, la aceptación lleva a la interacción y la interacción al desarrollo del espíritu que es la base de su satisfacción. El espíritu de la persona depende de la satisfacción de la vida como condición de su alimentación. Y ese es un fenómeno intemporal cuya existencia no se limita por nuestra permanencia aquí.
El tema acerca del espíritu debe formarse por tres condiciones de existencia:
- Generación cuando existe una dependencia total de las condiciones pre-natales
- La vida misma desde la posición de la inclusión de la pos-natalidad
- La preparación para la ida comprensible como “empaquetar” el espíritu. De hecho, es una necesidad de cada espíritu normal en cada persona, ya que es una cuestión de por qué va a satisfacerse después de la ida de aquí
La influencia del espíritu sobre el alma del hombre proviene de la nutrición mental, de la alimentación en general, la respiración, movimiento y actividades, bajo lo cual se entiende la vivencia, la forma espiritual de la actividad cardíaca.
Pero lo principal es la aceptación de la idea de la espiritualidad del alma que uno tiene. Este proceso en Egipto Antiguo se relacionaba con la recepción de nombre espiritual que se correlacionaba con el concepto del cuerpo espiritual Ren que, según la cosmogonía del Antiguo Egipto ayuda a desarrollar la naturaleza del alma Ka y el espíritu Ba (tanto durante la vida como después de la ida).
El espíritu Ba puede continuar trabajando en el alma Ka, incluso si se ha elevado a su propio Nomo. Mucho depende de si el alma alcanzó la espiritualidad durante su vida. Bajo el concepto de la “espiritualidad” se entienden las vivencias asociadas a la actividad mental, activa y sentimental del alma, lo que puede correlacionarse con el deseo natural del perfeccionamiento, y la cuestión de estudiar este proceso se encuentra en el campo de la metafísica.
En la parte activa, las acciones del espíritu proceden de la armonía, de lo contrario no podrá formarse. Recién después se puede comprender su estructura. El espíritu siempre necesita el desarrollo de una existencia intemporal, y no temporal. Esta es la vivencia más importante que conoce un alma espiritualizada. Expresando este estado, el alma cada vez menos se satisface por lo material, y se alimenta de cosas espiritualizadas: digamos, aromas, belleza, comida especial – en general, todo lo que reduce la descomposición del cuerpo.
El cuerpo que se alimenta según como lo pide el alma también recibe un significado espiritualizado y se llama Sakh: un cuerpo material, la parte visible de una persona, pero en el que existen condiciones de existencia no sometidas a la descomposición. De hecho, esto nos lleva a la comprensión del concepto de cuerpo “empaquetado”, espíritu “empaquetado”. Y si confiamos en el concepto egipcio antiguo de la naturaleza del alma humana, esto nos llevará a la fusión del alma Ka y el espíritu Ba, a la recepción de una nueva forma del alma, el Aj.
Videos acerca del tema
Oleg Cherne. Charla «Empaquetar el Espíritu»