Arte del desarrollo de la Mujer
Autor: Jie Kong
Mujer, dime quién lo necesita
Mujer, estás esperando que pase algo contigo
Tienes tu derecho a inducir
Pero recuerda, también el derecho a elegir su servir.
Gleb Du (Oleg Cherne)
Pueden estar de acuerdo conmigo o no, pero después de 45 años de práctica, observo que la comprensión del autoperfeccionamiento, el proceso en sí, el camino, las necesidades en este camino y, de hecho, la comprensión de lo que es el autoperfeccionamiento, todo esto a veces va en oposición al desarrollo mismo.
Hoy, cuando el desarrollo no tiene ni criterios, o uno no puede profundizarse en los mismos, es prácticamente un tipo de comportamiento basado en capacidades prenatales y reflexiones posnatales. Por lo tanto, es muy importante analizar nuestra comprensión de los fundamentos básicos del desarrollo y entender qué es.
Sin la posibilidad o la capacidad de aprender, el desarrollo para muchas mujeres se convierte en un problema, porque para ello es importante estar en el sistema de coordenadas del desarrollo. Es importante entender que no se trata de la realización de los propios intereses mentales o fisiológicos, sino de su perfeccionamiento. El desarrollo no es lo que quiero ni siquiera lo que puedo. Es la disciplina de la actitud hacia uno mismo, seguimiento del ritmo que permite a uno desarrollarse, mientras que en la sociedad moderna el ritmo del desarrollo simplemente falta. El ritmo es la tradición de este proceso.
Para que por lo menos percibamos el desarrollo, sin hablar de su realización, debemos entenderlo y no solo usar ciertos nombres relativos (digamos, yoga o algún tipo de entrenamiento). De lo contrario, surge la gran posibilidad de empezar a inventarnos cosas y defender nuestros apegos según el principio de “me gusta / no me gusta”.
A menudo resulta que sin la capacidad de fijarnos en el desarrollo, ya lo definimos condicional o incondicionalmente, escondiéndonos detrás de un par de frases vacías como “eso no es casualidad”, “cada uno tiene su camino”, “esto es lo mío” o “yo esto no lo tengo”, etc. Todo esto reduce la percepción al modelo de “me gusta / no me gusta”. El desarrollo es una tarea que se domina y se resuelve, y no un pasatiempo que se ajusta a nuestro estado de ánimo. Es la disciplina de las acciones, sin la cual solo será como hablar de nada.
¿Es posible fijar la conciencia a aquello que consideramos como desarrollo? La capacidad de observar o expresar esta fijación es un factor muy difícil, pero importante.
Cuando nos enfrentamos a cierto tema queremos colocarlo en el sistema de coordenadas en el que vivimos. Esto significa que no somos capaces de definir la tarea, sino solo seguimos nuestra actitud o actuamos de acuerdo con la reacción o reflexión que hemos expresado en relación al tema.
En esta situación la mujer está obligada a aceptar lo posible y definir lo indefinible. Y estas definiciones indefinidas han llenado nuestro espacio de desarrollo. E incluso si surgen preguntas acerca del desarrollo, la conciencia no tiene apoyo para buscar una respuesta.
En el proceso de desarrollo es importante que la mujer determine tanto sus acciones externas, como por qué comienza a desarrollarse y en qué consiste este desarrollo. No es fácil realizar un verdadero perfeccionamiento personal y a menudo una espera el desarrollo en vez de desarrollarse realmente, lo que crea una expectativa aún mayor en ella.
Y por mucho que hablemos del desarrollo y algún perfeccionamiento, estará precedido y acompañado por diversas condiciones. Cuando una mujer comienza a hacer algo y a desarrollarse, debe tener en cuenta las condiciones en las que se encuentra y también cómo la afectan estas condiciones, si es capaz de identificar su desarrollo con el espacio ya existente de su vida. ¿Entiende realmente la mujer qué necesita y por qué? ¿Qué tareas se plantea? Si no entendemos o incluso simplemente asignamos tareas, entonces no puede comenzar el desarrollo.
La falta de conocimiento o comprensión de su esencia fisiológica, más la experiencia de vida ya existente, no permite a muchas mujeres ir más allá de las reacciones externas en la práctica, es decir, las condiciones externas siguen siendo primarias.
Las tareas del desarrollo
Basándose en la comprensión de las condiciones, la mujer debe conocer las tareas del desarrollo:
- Comprender el espacio del tiempo del cual depende. Se trata de la correspondencia del ciclo menstrual y su ciclo natural.
- Comprender las condiciones externas a las que se enfrenta cuando se plantea tareas en el desarrollo. Aquí son importantes, sobre todo, los parámetros temporales.
- Comprender el nivel en el que está su energía y de la experiencia que ha ganado hasta ahora.
- Comprender que no debe involucrarse caóticamente al desarrollo. Y aquí quizás, debe tener cuidado con la experiencia ya adquirida.
- Comprender la naturaleza de la enseñanza. La enseñanza no puede empezar hasta que la mujer sea capaz de conocer la esencia del Enfoque.
- Conocer el llenado. Éste es la necesidad interior de la mujer. Esto es como una teoría física, y aquí una debe aprender la matriz de la estructura del cuerpo. Entenderla conduce a la comprensión de la circulación de la energía en su presentación física, cuando el ciclo de tiempo se vuelve físicamente tangible y la mujer conoce el flujo de la energía. Una vez conocida la corriente de energía ya podemos hablar de la transformación de la misma.
Métodos prácticos para mujeres
El conocimiento del método de desarrollo práctico comienza para la mujer con el dominio del Arte de aprendizaje. Cualquier desarrollo que no lleva a la comprensión del Método, hoy en día será destinado no sólo a no llegar a ser un Desarrollo, sino que incluso al revés, apartará a la mujer del desarrollo.
En la actualidad, cuando nuestro cuerpo y energía viven según el espacio en el que permanecemos, la única posibilidad de defender nuestro derecho de existir en las cualidades inherentes al ser humano, es de desarrollarnos pero comprendiendo qué hacemos y por qué lo hacemos. Esta comprensión implica un enfoque, que a su vez nos ayudará a conocer el Método que desarrollará aún más nuestra mente. Es la consciencia la que hoy en día tiene predestinado el papel de oponerse al estado caótico de la sociedad, a su influencia.
En el mundo moderno, la mujer aborda su desarrollo de un modo emocional. Ella no expresa y a menudo incluso no determina qué, para qué y, lo más importante, por qué debe entrenar.
Todo esto es resultado de las condiciones de su existencia en el espacio en el que la mujer ha generado, como regla general, una experiencia más emocional y al mismo tiempo inconsciente. Por eso, busca en sus entrenamientos ya sea un interés emocional, ya sea una defensa. Esto se convierte en el engaño principal que la desvía de las tareas del desarrollo. La mujer no resuelve estas tareas, sino sigue viviendo su vida sólo escondiéndose detrás de los nuevos intereses y conservando obstinadamente los deseos anteriores.
¿De verdad el desarrollo debería oponerse a las condiciones y convicciones existentes? Probablemente, esta es la primera pregunta que una mujer tendría que plantearse. Pero en este mismo momento se le debe quedar bien claro que no recibirá inmediatamente la respuesta, puesto que el desarrollo es indudablemente, la reagrupación de nuestros objetivos mentales. Y esto ya es una actitud completamente nueva hacia nuestra consciencia, cuerpo y energía. Por lo cual, el desarrollo se caracteriza por el camino y el camino se caracteriza por el esfuerzo consciente, la ganancia de la experiencia.
¿Qué es el desarrollo?
El desarrollo es el perfeccionamiento de nuestras condiciones mentales, energéticas y físicas. En la actualidad, esta idea debe apoyarse en la idea de la forma y no debe ser mistificada. Y antes de empezar a creer que estamos en algún Camino de perfeccionamiento, tenemos que pasar por tres etapas de preparación para el desarrollo.
La tarea de la primera etapa
La tarea de esta etapa es determinar claramente, en el nivel de pensamiento y lengua que tenemos, qué hacemos. Podemos llamarlo “desarrollo de la concentración”, “construcción de la proporción del cuerpo”, etc. Este tipo de comprensión, debe realizarse en el nivel de nuestra lengua que debe explicarnos qué es lo que hacemos.
Posteriormente, Uno dará origen a Dos. Por ejemplo, si una mujer va a entrenar danzas, se encontrará con tres dificultades. La primera es la incapacidad de trabajar con las sensaciones y la dependencia de las mismas; la segunda es la incapacidad de moverse y la tercera, la incapacidad de enfocarse.
Un movimiento memorizado y realizado siguiendo una onda, no es una danza. Es un movimiento torcido bajo un ritmo y las sensaciones correspondientes que surgen. Por otro lado, puede que la mujer tenga problemas con los huesos de las plantas que se ha ganado por andar en zapatos incorrectos y puede que necesite tres años sólo para conocer el apoyo en las plantas, etc.
Por eso, independientemente de la danza, la mente de la mujer debe tener planteada la tarea de aprender a moverse. Y cuando ya haya aprendido a moverse, puede empezar a bailar. Y cuando una mujer viene a entrenar conmigo, generalmente, veo que ni siquiera sabe estar de pie correctamente, por lo que le enseñaría primero esto.
Por lo tanto, la tarea básica de la primera etapa es: construir la disciplina de la relación entre la mente y el espacio. Y la mujer debe comprenderla en todos los niveles: entrenamientos, la casa, la familia. No hay que convertir esa primera etapa en una revolución. Hay que aprender a mantener la pausa. Y recuerden: la persona principal para Uds. en su desarrollo, son Uds. mismas y no la persona que les enseña. Y si algo no les gusta, tampoco quiten la culpa de sí mismas.
La tarea de la segunda etapa
La tarea básica de la segunda etapa es el fortalecimiento del Enfoque relacionado con la generación de esquemas o combinaciones más complejos. Es importante llegar a la comprensión de la diferencia entre la sensación y la vivencia, después de lo que puede empezar a apoyarse en las sensaciones. De esta manera, la mujer entenderá la diferencia entre sensaciones y vivencias y su naturaleza.
Indicador para que la mujer esté preparada para estar en la segunda etapa, son los siguientes criterios:
- Capacidad de plantearse preguntas.
- Expresión de las tareas básicas, relacionadas con el desarrollo.
- Mejora del volumen energético del cuerpo.
- Comprensión de qué es el Enfoque.
- Herramientas generadas para el desarrollo.
- Aceptar la necesidad de perfeccionarse y desarrollarse.
- Conservación del equilibrio en el espacio circundante (casa, trabajo, familia).
La tarea de la tercera etapa
La tarea de la tercera etapa es la comprensión de la esencia física de la Naturalidad. Comprender los conocimientos por los cuales se guía una mujer, es decir complementar la formación de la experiencia del desarrollo y alcanzar el Camino del desarrollo.
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