El Yoga del Rejuvenecimiento

Autor: Jie Kong

El Yoga del Rejuvenecimiento es un concepto general donde está incluido el saber de restauración, alquímicos, destinados a la reorganización y la puesta en marcha de las condiciones que llevan a la activación de los procesos rejuvenecedores. Se trata de un enfoque compuesto de varios niveles apoyado en conocimientos medicinales, fisiológicos, anatómicos y dietéticos, de distintas tradiciones comprendidos bajo el concepto de “Yoga del Rejuvenecimiento”. Es un programa coherente que tiene la tarea de resolver muchos problemas tanto cosmetológicos, como la regeneración de las células e incluso la corrección del ADN.

El rejuvenecimiento es un tema que toca varios planos de la percepción de todo el mundo, pero mayormente, de las mujeres. Para comprender la esencia de este proceso hay que entender las condiciones del envejecimiento de las células del cuerpo y en una etapa inicial, aprender no tanto a eliminar los procesos de la destrucción como más bien activar las células de capacidades funcionales elevados y, recién después, recuperar lo presente.

El efecto rejuvenecedor puede poseer naturaleza de corto plazo (cuando se alcanza la detención de los procesos destructivos en el cuerpo mediante el cambio del ritmo de la circulación de la energía, la respiración, la alimentación) y una más larga (cuando se aumenta la frecuencia de la energía, es decir el cuerpo sale del proceso menos profundo de existencia y se conecta con uno más profundo y sutil). Hasta cierto grado, todos estos procesos pueden ser activados bastante rápidamente. Pero es mucho más difícil sostenerlos. No obstante, incluso la detención temporal de la destrucción y la muerte celular puede ser considerada como regeneración de todo el cuerpo. Es decir, el rejuvenecimiento es, sobre todo, una terapia.

El Arte de la regeneración de las células, es decir, su recuperación y reforzamiento, de hecho, entra en el concepto del Rejuvenecimiento. Es imposible alcanzar un efecto rejuvenecedor sin cambiar el tono de nuestro cuerpo. Desde luego, se puede influir parcialmente en ciertos órganos o sistema, pero el resultado será a corto plazo. El rejuvenecimiento no es una acción cosmetológica e implica una comprensión seria de la cuestión.

El tema principal es la insuficiencia energética del cuerpo o su exceso, que altera los procesos de regeneración en general. Por lo tanto, al hablar del rejuvenecimiento se trata mayormente de las funciones recuperativas al máximo posibles en el cuerpo y recién después de la detención de los procesos destructivos. Sólo después de eso se puede hablar de la renovación de todo el cuerpo.

El verdadero rejuvenecimiento está alcanzado cuando la persona obtenga un resultado en nivel celular. Es decir, se trata de un proceso energético profundo. Independientemente de nuestros cambios externos, lo importante son los procesos internos que deben permitir, al mínimo conservar la energía en el cuerpo y dirigirla a la alimentación interna donde los sistemas más complejos y profundos son el endocrino y el reproductor responsables de la producción de las células sexuales femeninas y masculinas.

El rejuvenecimiento es un proceso intemporal, por lo tanto, el resultado depende de la combinación correcta de los esfuerzos que establecemos en nuestra mente, cuerpo y energía mediante terapias, ejercicios y nutrición específicos.

El proceso de rejuvenecimiento debe salir desde dentro hacia afuera y es principal no ilusionarse con ideas de cambios externos que son capaces de “recubrir” el problema, pero no eliminarlo por completo. Es una cuestión estratégica importante destinada al perfeccionamiento de la salud. Lo principal es precisamente el perfeccionamiento y no el mejoramiento, es decir, llevar el funcionamiento del cuerpo y la mente a un nuevo régimen del estado energético de las células y su nutrición. Y el indicador más importante en este caso es el resultado de la adquisición de nuevas vivencias, más firmes, capaces de satisfacer a la persona del proceso mismo de su vida y no ser “un chapoteo” emocional.

Es verdad, hoy la cuestión del rejuvenecimiento es bastante especulativo y justo por esa razón debe apoyarse en indicadores físicos concretos y no ser un tema figurativo. En la actualidad, de una u otra manera “ensuciamos” y envejecemos nuestros cuerpos con los productos con que nos alimentamos, con actitudes emocionales, con la respiración alterada, etc. Por lo cual, lo primero que debemos aprender es detener estos procesos. Es imposible dedicarse al rejuvenecimiento sin haber solucionado las cuestiones relacionadas con la destrucción.  De todas formas, hay que generar un esfuerzo capaz de frenar la fuerza de la destrucción. Y esa es la tarea primordial del programa.

Por supuesto, en este caso la primera cuestión es la limpieza profunda y la nutrición molecular durante el proceso del programa: cómo construirlo de manera correcta con el fin de activar las células superiores, las funciones del cuerpo.

La segunda es el cambio de la circulación de la energía en los siete sistemas de nuestro cuerpo (el reproductor, sanguíneo, óseo, muscular, dérmico, de los tendones y el endocrino).

La tercera es la disminución y la detención temporal del envejecimiento del cuerpo en los cinco órganos matrices (el hígado, el bazo, los riñones, el corazón, los pulmones más el útero de las mujeres).

La cuarta es cómo adquirir el efecto resonante necesario en la piel para activar la respiración interna y obtener una satisfacción mental relacionada con el Yoga del Rejuvenecimiento.

Sólo al saber y cumplir con esas condiciones la persona pueda realizar la idea del rejuvenecimiento como un modelo funcional y no “truco” contra las arrugas.