Éxtasis del cuerpo, o Naturaleza Integral de los Sentimientos

Autor: Jie Kong

El Éxtasis del cuerpo es un concepto práctico que permite conocer la naturaleza Integral de los sentimientos. Ante todo, es una peculiar condición multinivel para el proceso de la recuperación, nutrición y desarrollo del hombre. Es una cualidad especial de la implementación de la actividad energética. Por lo tanto, el trabajo con este aspecto es principal, dado que es capaz tanto de subir nuestro estado, como de destruirlo.

La naturaleza de la mujer es extática. El Éxtasis se determina por la capacidad de la estructura matriz de la mujer y, sobre todo, del útero de absorber las energías relacionadas con diferentes impulsos de excitación. Esta cualidad es rasgo fundamental de la naturaleza de la vivencia del cuerpo humano y, particularmente, el femenino. La comprensión y el trabajo con el éxtasis son exclusivamente importantes para el llenado y el desarrollo de la mujer llevando al entendimiento del carácter tántrico del cuerpo o el Cuerpo de la transformación.

El Éxtasis es un concepto peculiar relacionado con las habilidades de absorber la vivencia extática provocada por determinadas condiciones del funcionamiento de la energía en el cuerpo y en la mente. Debido a que el Éxtasis está asociado con las funciones de los sistemas del cuerpo más complejos (como el cerebro o el sistema endocrino), forma cierta actitud hacia las capacidades prácticas que solemos llamar “El Tantra”.

El éxtasis es un fenómeno importante que puede ser deseado, generado o incluso puede llegar a ser un estado permanente para la persona. La comprensión práctica del éxtasis del cuerpo es el arte de permanecer en experiencias que son importantes para la cognición, a fin de no convertirse en una víctima de sensaciones, emociones o incluso sentimientos en el proceso de desarrollo.

El éxtasis incluye conceptos muy importantes: sensaciones, sentimientos, emociones, vivencias e incluso conciencia, es decir, todo lo que forma diferentes cualidades de acción que excitan el cerebro, en las cuales la persona está involucrada por su naturaleza, especialmente si se trata de las sensaciones táctiles. En su vida el hombre se guía por las sensaciones y, a menudo, depende de éstas. Comer, comunicarse o practicar, sigue siendo la necesidad de recibir algo más específicamente en términos de sensaciones, incluso si lo llamamos purificación, recuperación, llenado, transformación o Tantra.

Desde la posición del éxtasis, el llenado del cuerpo se asocia más con los conceptos básicos de la permanencia extática. Y es importante empezar a manejar las sensaciones que por una u otra razón están más cercanas para nosotros. Justamente éstas nos llevan a los estados sensoriales, reaccionarios o emocionales que son necesarios tanto para el cuerpo como para la conciencia para agitarlos, pero que en realidad son hasta cierto grado nutrición interna. Es decir, el éxtasis puede ser reaccionario y puede inscribirse naturalmente en la naturaleza de nuestra existencia, siendo determinada nutrición interna.

La naturaleza extática de nuestra naturaleza forma y organiza la conciencia humana, lo que requiere resonancia con nuestras acciones, con el espacio. O incluso con las mismas sensaciones que se provocan de cierto estado (a menudo, limítrofe), a partir del cual surgen diversas formas de dependencia en la persona y el deseo de reproducir estos estados.

Es decir, una persona comienza a depender de ciertas condiciones, vivencias que experimentó. Y si el grado de su concientización es pequeño, entonces se forma una dependencia que manipula nuestra naturaleza. Y lo más peligroso en este caso es entrar en la zona de sensaciones incontroladas, ya que comienzan a controlar el cerebro humano. Por lo tanto, se forman dependencias groseras y sutiles, y la capacidad de aclarárselas es de peculiar importancia práctica.

El estado extático correlacionado con el concepto del Éxtasis, o vivencias superiores, es muy dependiente, pero al mismo tiempo, el practicante debe darse cuenta de que es un estado de transformación. Da la oportunidad a la persona de cultivarse en caso del manejo, transformación y formación de la fuerza que le llevará a la independencia de este estado.