La conciencia del coronavirus
Autor: Gleb Du
¿Tiene conciencia el coronavirus?
Esta cuestión es para aquellos que comprenden la naturaleza de la conciencia en sí. Y antes de plantearla, uno debe hacerse la pregunta puedo entender la naturaleza de mi conciencia? Sólo quien pueda conocer la naturaleza de su propia conciencia puede saber que, por ejemplo, la piedra también tiene conciencia. ¿Por qué uno dice que, digamos, esta piedra está viva, tiene espíritu, mientras que otro dice que no? O, alguien dice que esta hierba le ayuda, y el otro no. ¿En qué se diferencian? El que dice que la hierba está viva, tiene una conciencia que le permite saber que la hierba también tiene conciencia. Es decir, resulta que, por ejemplo, aun siendo docente, si una persona no entiende esto, entonces eso significa que no tiene conciencia. Simplemente trabaja en una cátedra, pero esto no es suficiente para tener conciencia.
Por ejemplo, el virus. Cualquier virus tiene conciencia. ¿Con qué es interesante el coronavirus? Con la presencia de conciencia con la cual se puede entrar en interacción. Por ejemplo, ¿por qué en la antigüedad los chamanes podían detener sólo a través de su voluntad a un ejército numeroso? La respuesta es muy interesante. Porque fueron capaces de detener la conciencia. Antes eso era posible. ¿Por qué algún chamán, o druida, despejaban los nubarrones? Porque interactuaban con su mente. Pero se perdió la operación con la mente, el tiempo ha cambiado, pero la gente hoy no lo comprende.
En teoría la conciencia de un druida o chamán es suficientemente fuerte para hacer lo que quiera. ¿Por qué en teoría? Porque, en primer lugar, se necesita práctica. Por ejemplo, hay personas que pueden curar. No todo el mundo es capaz de hacer esto. Las personas pueden tener el mismo estado de energía, pero uno puede curar y el otro no. ¿En qué se diferencian? En la experiencia de la sintonización, porque la curación es sintonización. Y si la persona se sintoniza constantemente, tarde o temprano llegará a ser un curandero. Y el otro incluso puede tener más energía, pero no será capaz de curar, porque no tiene la experiencia generada en sintonizarse. Y este es el primer problema hoy en día. En la actualidad alteraron la sintonización en muchos que tienen esta capacidad. Segundo, por supuesto, el tiempo ha cambiado.
La sintonización permite reunificarse con cierta conciencia, pero esto, por supuesto, no es suficiente. Otro aspecto es la operación con la conciencia. Supongamos que me planteo la tarea de ponerme en contacto con la conciencia del coronavirus. Es un factor cognitivo, ante todo, de mi propia sintonización. ¿Cómo verificar y asegurarse de que uno ha entrado en contacto con la conciencia, por ejemplo, de este virus? Si entró en sintonización, entonces esto puede desencadenar todos los procesos que el virus lleva a una persona que está enferma o muriendo. Este será el indicio de que realmente ha entrado en contacto con la conciencia.
Esto sucede también cuando uno por ejemplo mira un icono. Lo contempla durante mucho tiempo y tarde o temprano, entra en contacto con la conciencia de la persona que aparece en el icono. O un mandala. Todo esto tiene una naturaleza consciente. Incluso el mandala, la geometría, tiene conciencia. Por lo tanto, una persona puede alcanzar un estado tan profundo. Las personas que están en la fe no simplemente están paradas frente a los iconos, sino interactúan con su conciencia. Han entrado en contacto con ésta y la experimentan.
Lo mismo pasa con la conciencia de este virus. Si entras en contacto con ésta, inmediatamente te da los síntomas que trae. Lo interesante es el fuerte dolor de garganta. Para quienes sepan un poco de la energía del ser humano, la respuesta más obvia será que está relacionada con el campo kármico de toda la civilización. Esto ya es de particular interés. El siguiente momento es el bloqueo de la respiración externa. Y el tercero, un fuerte aumento de temperatura. Aunque, en mi caso no tuve temperatura, que también es una experiencia interesante, porque esta conciencia simplemente me mostró lo que estaba sucediendo. Por supuesto, cabe destacar que es posible que uno no pueda salir de este estado. Pero hay que entender que un proceso así muestra que cierto virus, cierta geometría, o cierto objeto, pueden tener conciencia.
Lo mismo se puede decir para el cristal. Mirando el cristal, uno puede experimentar su tensión. ¿Por qué experimenta la conciencia? Sólo la conciencia es capaz de transportar el esfuerzo del cristal. No somos nosotros tan poderosos para pedir la tensión al cristal. Tenemos que saber comunicarnos con su conciencia. Esto no quiere decir que todos deberían hacerlo, pero es una cuestión de conceptos comprensibles solo para aquellos que lo han experimentado o lo están experimentando. Por lo cual, quien no lo experimentó, permanece en una negación. Pero eso también es una conciencia. La verdad es que el hombre o incluso toda la humanidad vive en las leyes de la negación, niega todo lo que no comprende.
Y la verdadera conciencia trata de entender el esquema mismo de la comprensión y no solo reaccionar a lo que no entiende. Y, por supuesto, todo lo que sucede, por ejemplo, con la aparición de un virus es un esquema consciente introducido por una conciencia superior, por determinado Campo. Y eso siempre ha estado, está y estará en nuestro espacio. Y presten atención a un hecho muy interesante. Muchas más personas mueren a causa de una gripe. Pero a nadie le molesta tanto, porque la gripe no tiene conciencia.
Por otro lado, todo el mundo queda asustado del coronavirus y es comprensible, dado que éste tiene conciencia y forma lo más peligroso en una persona – provoca miedo, vulnerabilidad. Lo cual, en general, conduce a problemas más serios. Aunque puede que no sean “problemas”, ya que como resultado la humanidad saldrá diferente de esto, con una forma diferente de conciencia. Aunque es más correcto decir con otra forma diferente de hábitos y no conciencia, porque la conciencia debe ser desarrollada, trabajada.
Y en este aspecto, me gustaría llamar la atención no a si tenemos acceso a algo o no, sino al hecho de que necesitamos la conciencia para nosotros mismos. Porque si tenemos la fuerza de la conciencia capaz de entrar en contacto con la conciencia del virus, entonces seremos capaces de entrar en la conciencia de nuestro espíritu. Y este es un mundo completamente diferente.