Alquimia Egipcia

La Alquimia Egipcia es la rama más importante de la Alquimia y se asocia no tanto con el desarrollo como con la identificación del ser humano como tal. La existencia misma de la civilización egipcia antigua fue un proceso alquímico. En este proceso la naturaleza de la iluminación de la luz se consideraba de acuerdo con la ley del sistema de coordenadas tripartito, mientras que las posibilidades de transformación – de acuerdo con la ley de Atum. El conocimiento de la medida del espacio se produjo desde la posición de la tensión, lo que formó condiciones especiales de vida, cuando la vida misma se consideraba como un acto de la Gran Obra (que puede entenderse como el proceso de manejar el caos).

La formación del conocimiento, que nos guía incluso hoy, ocurrió aproximadamente entre 2500 y 1700 a.C. Luego sucedió la adaptación a las leyes del tiempo en el período precedente a la dinastía Saíta (663–525 a. C., la última dinastía egipcia antes de que los persas conquistaran Egipto). Otro principio importante fue la unificación de las conciencias de los Nomos (principalmente los Nomos del Medio y Bajo Egipto).

La Alquimia Egipcia es una escala de medición especial, que consiste de condiciones que tenían personificaciones en las imágenes de Set, Anubis, Isis, Osiris, etc. La Alquimia Egipcia se entendió originalmente como “el esfuerzo de salir a la luz del día para ser renovado por sus rayos”.

Conceptualmente, la alquimia egipcia se asocia con el concepto de “Atón” como la función más elevada de la experiencia de la naturaleza de la luz por la conciencia. Atón es el símbolo de lo Íntegro, creado por el esfuerzo de las manos. Aquí el disco solar con rayos se percibe como muñecas de las manos. El trabajo en la formación y percepción de la potencia de la luz del disco solar se entendió como Ra-Hor-Atón. Ra-Hor también es la potencia de dos planos, que debemos conectar en un Nomo, o en Ra-Horajty, para poder encarnar el poder del disco solar, o sea, de Atón.

La alquimia egipcia tiene cuatro niveles

Atón: la posibilidad de obtener un espíritu igual a la fuerza de Atón.
Ra-Hor-Atón: la posibilidad de adquirir la Luz del disco solar.
Ra-Horajty, Shu y Atón: introducción a la existencia inmortal.
La Alquimia Egipcia vino por el camino de la división y, de hecho, partió de un esquema íntegro cual luego fijó como duodecimal, uniendo a los Nomos con el cielo, donde ilumina el sol Ra. Esto se hizo para alejarse de la dualidad en la percepción. Este es un proceso especial de fusión con lo Íntegro.

Además, podríamos hablar sobre el quinto nivel, cuya tarea es mantener el nivel de desarrollo después de que termine nuestra existencia en la tierra. Pero la percepción de este nivel se desintegra rápidamente en creer y no creer en la idea de la resurrección, por lo cual, desde la posición de la Alquimia Egipcia en su forma pura, este nivel no se puede considerar.

Programa de la alquimia egipcia